Edmundo
Meouchi, nos comparte una serie de reflexiones sobre los medios de comunicación
en particular una visión de cómo debe ser la prensa verdadera…
Hoy por hoy,
los feos sin gracia, los tecnócratas desangelados, los vinagrillos geniales,
por aptos y elegibles que sean, están expuestos en las modernas democracias, a
ser desarrollados mucho antes que en los comicios en una sesión de preguntas,
fotos y respuestas donde suelen lucir, en cambio, los joviales y los
carismáticos.
Así se explicó la resistencia del ahora ninguneado Nixon, a
enfrentar otra prueba como la de 1960, durante su retorno victorioso a la
política grande. Así se explicó, también, el contrato del viejo actor Robert
Montgomery como consejero especializado de la Casa Blanca, para identificar y
capitalizar al máximo los mejores ángulos, distancias y ademanes del presidente
Eisenhower ante las cámaras de televisión.
Se dice que ese es
uno de los graves riesgos de las democracias occidentales. Los mass media
pueden disminuir a los que son, en beneficio de los que parecen; pueden
aprovechar las modestas dotes histriónicas de un Reagan, con su conocido perfil
de vaquero en receso, o los encantadores hoyuelos en las mejillas de Shirley
Temple, e ignorar, por lo contrario, las cualidades y los méritos de una
discreta lumbrera. Felizmente, en nuestro sistema democrático y electorero los
"mass media" no han desatado aún todos sus riesgos y posibilidades,
por lo menos hasta el punto de comprometer la libertad de opción del pueblo
soberanos, ya que éste, entre nosotros, sabe, con sobrada anticipación, quiénes
serán sus representantes y mandatarios.
A nosotros,
ciertamente, no hay foto, ni carantoña, ni carisma, ni sonrisa, ni dengue
electoral que pueda confundimos o desplazarnos. Los candidatos seleccionados
mediante un complejo y delicado proceso de auscultación, de medición de fuerzas
y de ajustes varios, no necesitan exponer y contrastar sus programas y
criterios en ociosos y prolongados debates públicos.
En México,
afortunadamente, nadie se ha colado a Cámaras legislativas y gubernaturas por
guapo y simpático, por jacarandoso y jovial, por bonachín o pinturero, sino por
su probada adhesión al partido, por su dinamismo y entrega, por su sentido de
la oportunidad y capacidad de sobrevivencia, por su fidelidad a la doctrina y a
los ideales del movimiento revolucionario.
Que vaya,
pues, lo uno por lo otro. Nuestra democracia tiene defectos, sin duda. Tiene
baches y sombras, pero no se cimbra, como las liberal-burguesas, como las
obsoletas democracias occidentales, ante el embate de la opinión pública
representada y canalizada por los grandes medios de comunicación.
Quizá eso
suceda algún día, y entonces habráquien anuncie el ocaso de la libertad y la
quiebra de nuestro hasta ahora infalible sistema electoral, vista de luto y se
rasgue las vestiduras.
(Noviembre
de 1976).
Prensa
A diferencia de otros órganos publicitarios que
parecen trazar líneas en el agua y arrojar palabras al viento, la prensa aspira
no sólo a dar cuenta de un suceso o hallazgo, sino a reflejar circunstancias reveladoras,
pormenores vitales y determinar su sentido e importancia.
…la prensa actúa como orientadora de multitudes, como
reserva ideológica, como instrumento indispensable de trabajo para el hombre
moderno y como arsenal único del investigador, precisamente cuando los otros
canales de publicidad han cumplido ya su amplia, pero modesta función
informadora.
...La prensa verdadera no teme a la concurrencia leal
de los demás medios publicitarios, porque éstos no hacen otra cosa sino
servirla y complementarla. La prensa verdadera conoce su ocasión, el valor, el
riesgo y la dignidad de la palabra escrita y el poder de ésta para modelar las
conciencias y marcar los rumbos de la historia.
(13 de mayo de 1966).
Se puede informar y honrar a la verdad sin promover la
confusión y el escándalo, no como testigo indiferente o tendencioso, sino como
servidor y guardián de valores superiores.
(9 de abril de 1968).
…Valdría la pena, también, coleccionar las cabezas y titulares de
algunos diarios a fin de conocer y ponderar sus contradicciones y afinidades,
su sentido de los valores y sus compromisos políticos e ideológicos. (9 de
agosto de 1974).
Vivir en el Tiempo
Ideas, Opiniones y Reflexiones (pág. 148-150).
Dr. Edmundo Meouchi