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Thursday 19 April 2018

Sobre el deporte


Edmundo Meouchi en su libro Vivir en el Tiempo expresa su pensar sobre el deporte.
DEPORTE
(20 de enero de 1970).
Si bien es cierto que la imprudencia culpable de la policía limeña, en relación con los trágicos sucesos acontecidos en el Estadio Nacional dela capital peruana, debe ser subrayada vigorosamente, justo es también, y necesario, eludir a la disparatada tendencia del espectador iberoamericano a convertir las justas deportivas en duelos locales, regionales o internacionales, que comprometen el honor, la dignidad, el prestigio y el pudor de contendientes y aficionados.
...Salvo unos cuantos críticos especializados que aceptan la responsabilidad de orientar a los espectadores sobre lo que vale y no en el deporte, sobre la verdad y la mentira de ídolos y portentos, la gran mayoría se abandona al doble juego de engañar y engañarse con la invención de falsos prestigios o de hallazgos deportivos sensacionales. Demagogos consumados, en su gran mayoría, durante los torneos internacionales se dedican empeñosamente a la tarea de sublimar los defectos e insuficiencias de los atletas nacionales, a disminuir en cambio, los méritos de sus contrarios. Para halagar al pueblo, en la derrota, le atribuyen a los jueces y al árbitro criminales y pérfidas intenciones; en la victoria, las más bellas virtudes ...y así, bajo la extraña dirección de tales cronistas y críticos especializados, el espectador iberoamericano imagina que en los estadios, en las canchas y en los ruedos va a medirse necesariamente la gloria y la grandeza de la patria misma, pues esos atletas son la reencarnación de los grandes héroes de la historia nacional, los testigos calificados de nuestra fuerza y de nuestro genio ...de nuestro presente y de nuestro futuro.
Por ello, cuando un árbitro comete un error o impone su criterio, el público, llevado por un camorrista profesional o un enfermo, se conduce Como quien ve profanada la tumba de sus mayores, como quien se dispone a lavar el honor de su madre muerta, como quien ve destrozado y pisoteado el lábaro patrio.
(28 de mayo de 1964).

Pablo Meouchi, Pablo Agustin Meouchi, Pedro Pablo Meouchi, Pablo Agustin Meouchi Saade, José Meouchi, Pablo Meouchi Saade, Jose Pablo Meouchi, Edmundo Meouchi Grupo Jezinne
Edmundo Meouchi, Diversos deportes del mundo

Desde la etapa heroica del boxeo, que cubrieron con su nombre y Prestigio los Sullivan, Corbett y Fitzsirnmons, hasta la pelea que sostuvieron Saldívar y Ultiminio Ramos, ¿qué no se ha dicho y qué no se ha hecho para impedir que se siga practicando el pugilismo en los países civilizados?
Hasta ahora, que nosotros sepamos, no hay teólogo o moralista dispuesto a probar que el boxeo, cuando se ejercita como es debido y bajo la dirección de técnicos capaces y honestos, constituye un deporte condenable o inmoral. Sus enemigos incurren en el mismo error de los marxistas que reniegan del capitalismo, sus ventajas y realizaciones, Porque hay capitalistas prepotentes y perversos. Las campañas que se emprenden contra los aventureros y explotadores que denigran el boxeo nos parecen justas y necesarias, pero resultan intolerables cuando se orientan hacia la expresión definitiva o prohibición del deporte mismo y del espectáculo, que son, entre otras Cosas, como los caminos de gloria y fama para la gente humilde y bien dotada, como el ciclismo y el toreo.
(1 de octubre de 1964).
Lo criticable y condenable está en tomar las cosas a la tremenda, en suponer que el prestigio de nuestro país y la medida de nuestra grandeza y de nuestro futuro van prendidos en las botas de los deportistas y competidores.
Los triunfos de éstos deben alegrarnos, ya que hoy por hoy son el resultado final de una admirable dedicación y de una rigurosa disciplina, y no de la buena voluntad y el entusiasmo primario.
Sus fracasos, en cambio no representan en absoluto una derrota colosal, un atentado al orgullo nacional y una ofensa imperdonable a los próceres y constructores de la patria.
(15 de julio de 1966). 
De todos es sabido que varios Juegos Olímpicos, por no decir la han sido utilizados también por las grandes potencias para exhibir la bondad y la eficacia de sus sistemas políticos, y para deslumbrar y disminuir a los países materialmente menos favorecidos con el efecto desmoralizador y contraproducente que ello supone para la paz mundial. Unas más, otras menos, casi todas las Olimpiadas del pasado se nos aparecen como muestrarios imponentes de fobias y vanidades, como preludios o prolongaciones de guerras y conflictos internacionales. La. que México organiza, por lo contrario, se propone operar como aglutinamiento de pueblos, como una justa donde brille, con la fuerza muscular y la agilidad física, el imperio del espíritu y la cultura.
(5 de diciembre de 1967).
Pablo Meouchi, Pablo Agustin Meouchi, Pedro Pablo Meouchi, Pablo Agustin Meouchi Saade, José Meouchi, Pablo Meouchi Saade, Jose Pablo Meouchi, Grupo Jezinne
Edmundo Meouchi, Juegos Olimpicos de México, 1968

El deporte, al fin y al cabo, es escuela de honradez, virilidad y ciudadanía; de lo contrario, sólo forja necios o energúmenos.

(2 de julio de 1968).
...Decidámonos a perder o ganar en canchas, cuadriláteros y campos deportivos, en general, sin necesidad de banderas, escudos e himnos nacionales...
(21 de octubre de 1969).
Vivir en el Tiempo
Ideas, Opiniones y Reflexiones (pág. 68-70).
Dr. Edmundo Meouchi Meouchi